EPÍLOGO DE MISERICORDIA (SOLO PARA CREYENTES)

VIDA DE JESÚS DE NAZARET


Misericordia divina
Epílogo del libro


Apuntes del Padre Carlos Pineda:

Todo este libro rezuma el amor y la misericordia que el Padre tiene por todos sus hijos. Yo nunca he tenido hijos, ni los tendré, pero entiendo que no hay sentimientos más fuertes que los sentimientos de la paternidad y la maternidad. Si Dios quiso erigirse como Padre nuestro, es porque lo que sentía Él por nosotros quería expresárnoslo a través de un sentimiento que todos pudiéramos conocer. ¿Y quién tiene más compasión y misericordia que un padre o una madre?

Jesús mismo le dijo a Santa Faustina Kowalska: “que no tema acercarse a Mí el alma débil y pecadora. Aunque tuviera más pecados que granos de arena hay en la tierra, todo desaparecerá en el abismo de mi misericordia”.

La sonrisa de Jesús nuestro hermano, era reflejo de la paz profunda de su alma. Por eso la gente lo seguía donde fuera: al mar o al desierto, y lo buscaba como se busca al tesoro que se anhela encontrar desde siempre. A ti me entrego, Jesús; confío en tu amor y en tu misericordia y me pongo en tus manos bondadosas.

Carlos Pineda.


—A pesar de que Dios es un Padre bueno con todos —dijo Jesús—, Él se pone triste porque muchos de sus hijos lo ignoran y se terminan perdiendo. Sin embargo, todos os podéis arrepentir para que mi Padre os pueda perdonar. Porque os repito que mi Padre lo perdona todo, y os espera siempre con sus brazos abiertos.

¿Pero perdona todo, todo, Maestro? —le preguntó Juan.

Todo, todo, todo, Juan. Mi Padre es infinitamente misericordioso y bueno. Así como el agua purifica, así perdona mi Padre; como si tu alma se hubiese lavado con un agua pura. Y si el agua hace la limpieza, la sangre es la que da vida a las almas. Dichoso el que quiera vivir a la sombra del agua y de la sangre porque si el Padre, que es infinitamente justo, debiera castigar a alguno de sus hijos por sus pecados, su mano justa se detendrá y le perdonará. No lo olvidéis nunca: si confiáis vuestra vida en las manos de mi Padre, Él mismo vendrá a recibiros en el día de vuestra muerte.


 

Comentarios


En un viaje a Jerusalén para estabilizar la tumba donde,
según la tradición, fue enterrado Jesús de Nazaret,
el Padre Carlos Pineda encontró una caja de cedro,
que contenía papiros con cartas y otros documentos.

Esta novela es su recopilación ordenada.

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